1. INTRODUCCIÓN.
Cuando uno lee la descripción de los contenidos de las teselas del Mapa Forestal de España correspondientes a la vegetación que ocupa la superficie del berrocal de Trujillo, encuentra el siguiente párrafo:
“977 Cytisus multiflorus sobre mosaico de pastizal estacional denso y roquedo compacto. Obs.: Presencia de Retama sphaerocarpa, Lavandula stoechas, Cistus ladanifer, Stipa gigantea y Rubus ulmifolius. Pies de Quercus ilex rotundifolia, Ulmus minor y Olea europaea sylvestris. ‹‹De Trujillo en una legua todo son piedras›› (refrán popular).”
En esta sintética descripción, refrán popular incluido, encontramos una buena presentación de lo que el berrocal de Trujillo supone, aunque a través de lo expuesto en este artículo se intentará además presentar, poner de relieve y dar a conocer los importantes valores ecológicos, destacando su singular geología, paisajísticos y culturales que encierra el paisaje que circunda la monumental ciudad extremeña de Trujillo.
Dividiremos el estudio del berrocal en varias partes, en esta primera presentaremos el medio natural abiótico, para continuar con el medio natural biótico y antrópico.
Sirva esta aportación al estudio del medio natural extremeño para la divulgación de los valores ecológicos de este berrocal y su toma en consideración por todos los ciudadanos, para así poder hacer frente a las distintas agresiones y degradaciones que viene sufriendo. Sirva del mismo modo como una firme reivindicación para que se inicie su declaración como espacio natural protegido tanto a nivel autonómico como local mediante la necesaria inclusión de su protección en los instrumentos de planificación urbanística.
2. SITUACIÓN GEOGRÁFICA.
El Término Municipal de Trujillo se sitúa en la llamada Penillanura Trujillano-Cacereña, en el centro-sur de la provincia de Cáceres, Comunidad Autónoma de Extremadura. Sus límites naturales son el río Almonte al Norte, los ríos Tamuja y Magasca al Oeste, los Llanos de Torrecilla de la Tiesa al Este y la Sierra de los Lagares al Sur.
Fig. 1. Situación del T.M. de Trujillo en la C.A. de Extremadura.
La ciudad de Trujillo se asienta en la parte sur de su vasto Término, sobre un batolito granítico que ha dado lugar a la formación geológica conocida como berrocal, el cual rodea al área urbana en miles de hectáreas dotándola de un paisaje característico y genuino.
La superficie que ocupa el berrocal se acerca a las 8.000 has., coincidentes con la superficie del afloramiento granítico.
Fig. 2.: Situación del berrocal en el T.M. de Trujillo. Elaboración propia.
El berrocal se extiende por una superficie de forma ovada, con una longitud norte-sur de unos 13 Km. y una anchura máxima de este-oeste de unos 9 Km. Se encuentra circunscrito por el curso del río Merrinejo al este y por el del río Magasca al sur y oeste.
El berrocal se eleva sobre la penillanura circundante (350-400 m.) hasta los 500 m. de altitud media. La máxima cota está representada en el cerro “Cabezo de zorro”, donde se asienta hoy día el castillo-alcazaba de la ciudad de Trujillo, donde se erige un poste geodésico con una altitud de 601 m.s.n.m.
Fig. 3. Mapa topográfico del Berrocal de Trujillo. Elaboración propia.
3. GEOLOGÍA
.
.
3.1. Encuadre geológico.
El berrocal de Trujillo, desde el punto de vista geológico, se integra dentro de la extensa Penillanura Cacereña, localizada en la parte meridional de la zona Centroibérica del Macizo Hespérico. Esta penillanura de pizarras y grauvacas del Precámbrico constituye un relieve muy evolucionado caracterizado por extensas y suaves formas onduladas. (CORRAL R. en AURORES VARIOS, 2005)
Fig. 1: Mapa Geológico general. Se observa el batolito de Trujillo en la parte inferior derecha de la imagen. Fuente: Tomado de Mapa Forestal de España.
El berrocal trujillano está formado por el afloramiento granítico, según el tipo batolito procedente de un gran cuerpo plutónico que durante el plegamiento hercínico intruyó discordantemente en las pizarras y grauvacas precámbricas.
3.2. Litología.
Se trata de un batolito con estructura zonal (Mapa Geológico de España, 1982) en el cual existe una variación en la composición de las rocas graníticas correspondiente a las distintas etapas de intrusión. En el núcleo del batolito se encuentran los granitos ácidos, que pasan gradualmente a otros de composición más calcoalcalina que constituyen la periferia del macizo.
Entre las distintas litologías que se identifican en esta zona se encuentran:
- Granitos aplíticos. De grano medio-fino con escasa presencia de biotita y predomino de cuarzos y feldespatos. Son abundantes la mica moscovita y la turmalina. Morfológicamente se sitúan en las depresiones resultantes de los relieves menos acusados del macizo.
- Granito de dos micas rico en cuarzo. De grano medio a grueso, con gran abundancia de cuarzo que presenta un tamaño superior al normal. Los cristales de feldespato son de diferentes tamaños y la presencia de biotita es escasa, siendo muy abundante la turmalina. Constituyen los relieves más acusados del batolito, con una distribución irregular.
- Granito porfídico. Situados en el borde externo del batolito encontramos granitos más oscuros y de grano menor que los anteriores, en los que destaca la proporción de grandes cristales de feldespato potásico. Existe un gran aumento en la proporción de biotita.
Fig. 2: Mapa Geológico del Berrocal; Fuente: elaboración propia con Sig a partir de las Hojas 679,680,705 y 706 del IGME.
3.3. Génesis del berrocal.
El relieve de tipo berrocal procede de un modelado diferencial consecuencia de un proceso de meteorización y erosión selectiva (PEDRAZA, 1996). En primer lugar se produce una meteorización química y después la erosión desmantela la porción alterada.
Es determinante en la formación del berrocal a partir de litología granítica una intensa y prolongada meteorización química, sobre todo por hidrólisis de la roca, siendo el agua subterránea el principal agente geológico. Dicha alteración avanza principalmente a favor de las fracturas o diaclasas, que en los granitos suele presentar un espaciado bastante constante.
La alteración de la roca granítica depende de tres variables (PEDRAZA, 1996), la composición (mineralogía), la textura (a mayor porosidad mayor meteorización) y el grado de fisuración (que favorece el progreso de la meteorización química hacia niveles subsuperficiales). Según actúen esas variables aparecerá a lo largo del batolito zonas arenizadas o de material granítico alterado y no movilizado, junto a porciones de granito fresco sin alterar.
Esta "arenización" da lugar a arenas de grano grueso de color blanco, entre las cuales es fácil ver cristales de cuarzo, mica de tipo moscovita, y restos de feldespatos más o menos alterados a arcillas, y que se denominan manto de alteración o lehm.
El lavado y erosión pluvial y fluvial del lehm hace aflorar el berrocal, bajo el cual prosigue el proceso de alteración de forma continua, favorecida por las estaciones húmedas que aportan humedad suficiente, así como por la presencia de vegetación, que actúa como una esponja que absorbe y retiene la humedad durante más tiempo.
Los bloques resultantes permanecen inalterados y en muchos casos forman torres, pináculos, lanchas, bolos, manteniéndose en algunos casos en posiciones de equilibrio sorprendentes.
Fig. 3: De derecha a izquierda y de arriba abajo. A) Cuerpo plutónico de granito no alterado sobre el que se van formando las diaclasas ortogonales. B) Masa granítica parcialmente meteorizada, con los intersticios ocupados por el lehm. C) Afloramiento del berrocal tras la erosión del lehm. D) Resultado final.
4. GEOMORFOLOGÍA DEL BERROCAL.
La geomorfología general está conformada por una sucesión de pequeñas lomas y cerros coronadas por abundantes bolos y rocas graníticas, entre las que se intercalan lanchares y zonas de bolos dispersos con zonas arenizadas en pequeños valles o “cañadas” en las que drenan radialmente numerosos arroyos estacionales a los dos ríos principales anteriormente mencionados.
Foto 1: Paisaje berroqueño en torno a Trujillo
Como resultado del proceso de modelado del relieve granítico aparecen morfologías que pueden dividirse en formas mayores y formas menores (PEDRAZA, 1996).
4.1. Formas mayores.
El proceso de evolución del paisaje granítico pasa por cada uno de estos estadios descritos como formas mayores, desde los domos y crestones apenas meteorizados hasta las zonas llanas de arenales donde el granito ha sido totalmente arenizado, siendo los berrocales y predizas la etapa intermedia.
De este modo en un mismo batolito puede darse una meteorización diferencial pudiendo encontrar mezclados cada uno de estos elementos. La meteorización puede darse en superficie, sobre un domo parcialmente enterrado o bien de un modo subaéreo, formándose estas formas bajo la superficie para después aflorar por efecto de la erosión fluvial.
Fig. 1: Batolito granítico en su estado inicial. Domo con presencia de diaclasas.
Fig. 2: Batolito con diaclasas ensanchadas. Comienzan a formarse bloques individuales. Las flechas indican la dirección de penetración del agua.
Fig.3: Aparición de bloques y bolos. Berrocales y pedrizas.
Fig.4: Relieve degradado, tors, bolos dispersos y zonas arenizadas.
Domos y crestones: son formas primarias del paisaje granítico a forma de elevación campaniforme el primeros o escarpada el segundo. Apenas son visibles ya en el berrocal de Trujillo, pues han sido meteorizados a otras formas mayores no siendo ya reconocibles.
Foto 2: Crestones graníticos aún reconocibles en el cercano batolito de Santa Cruz de la Sierra, "Pico San Gregorio". En el batolito de Trujillo han evolucionado a berrocales y pedrizas.
Berrocales y pedrizas: siguientes etapas de degradación del domo granítico. El berrocal sería la más primaria, presentando una acumulación de rocas de aristas vivas y bolos de un modo más escarpado, mientras que en la prediza sería la etapa de degradación del berrocal, con una morfología más suavizada y bolos normalmente redondeados.
Foto 3: Berrocal, domo granítico degradado.
Foto 4: Berrocal en el entorno de Huertas de la Magdalena.
Foto 5: Pedriza. Berrocal más evolucionado con grandes bolos redondeados. "La Molineta".
granito.
Foto 6: Pequeños berrocales aislados intercalados sobre zonas arenizadas.
Foto 7: Lanchares.
Foto 8: Lanchares. "La Breña".
Arenales, navas y cañadas: etapa final en la que aparecen suelos de textura gruesa provenientes del lehm de degradación de la roca granítica, con una gran permeabilidad y escasa capacidad de retención de agua.
Foto 9: Tors y zonas arenizadas. "Chozo blanco", La dehesilla.
4.2. Formas menores.
Formas reconocibles a menor escala que tienen un génesis tanto subaérea como en superficie, así como de modo mixto. Aparecen en el batolito de Trujillo los siguientes:
Cazoletas o Pilas no fluviales (gnamma): hendiduras sobre lanchas graníticas poco profundas de forma ovoide o esférica. Se forman por retenciones de agua en irregularidades de la roca haciendo que se concentre en ese punto la meteorización. Posteriormente evoluciona a una desagregación granular y vaciado de los productos por el rebose del agua, lo cual tras repeticiones favorece su profundización.
Foto 10: Distintas cazoletas encontradas en el Berrocal de Trujillo.
Taffonis: Hendiduras o concavidades producidas por meteorización sobre paredes inclinadas como consecuencia de acumulaciones de humedad y escurrideras que producen una disgregación diferencial de la roca. Pueden presentarse en forma de oquedades, pequeñas cuevas, resaltes y también con forma de seta, lo que se denomina "tormo".
Foto 11: Taffonis en la pared de un bloque.
Foto 12: Seta de pared, orejón o "tormo".
Pavimentos: Lanchas diaclasadas regularmente y de un modo compartimentado.
Foto 13: Grandes bolos sobre lanchas y pavimentos. "La Molineta".
Foto 14: Pavimentos.
Acanaladuras: Regueros paralelos con una profundidad de hasta varios decímetros formados sobre paredes inclinadas como consecuencia de una disgregación selectiva por escorrentía fluvial o pluvial.
Foto 15: Acanaladura. "El Canalizo".
Paraestratificaciones: Diaclasado paralelo de la superficie de roca de un modo constante y regular haciendo parecer una roca estratificada.
Foto 16: Paraestratificación.
Foto 17: Cancho "balón de rugbi".
Foto 18: Piedras Caballeras.
Canchos seta: cancho o roca de forma aparasolada consecuencia de una disgregación diferencial de la roca. A partir de un bloque granítico más o menos cilíndrico, su parte superior queda exhumada no siendo atacada por la humedad edáfica, la cual provoca la disgregación de la base del cilindro hasta la profundidad que alcanza el nivel freático.
Foto 19: "Cancho de La Gaita".
Fig. 5: Proceso formación de un cancho seta: A: Situación inicial con bloque cilíndrico parcialmente cubierto por el lehm. B: meteorización de la sección de cilindro en contacto con el nivel freático. C: Erosión y exhumación de la parte superior de la seta, la parte inferior del cilindro sufre meteorización por un descenso de nivel de la capa freática. C: El lehm es totalmente erosionado y movilizado quedando al descubierto el cancho seta.
Foto 20: Cancho seta.
Agrietamientos pseudopoligonales: superficies endurecidas con grietas o discontinuidades a forma de enrejado, asociadas a planos de diaclasado donde se produjo una transformación de los minerales por rozamiento.
Foto 21: Bolo con agrietamientos. "La Molineta".
Bloques separados: Porciones de roca que se han separado de una mayor como consecuencia de desplazamientos o pérdida de sustentación. Esta rotura o separación se produce a favor de las diaclasas existentes en el bloque. Son numerosas este tipo de formaciones en el Berrocal de Trujillo, habiéndose atribuido el fenómeno prosaicamente a la caída de un rayo (Cancho de El Rayo).
Fig. 6: Formación de bloques separados.
5. CLIMATOLOGÍA DEL BERROCAL.
Para poder analizar la climatología del berrocal, tomaremos de referencia la estación meteorológica situada en la ciudad de Trujillo, cuyos datos aparecen en memoria del Mapa Forestal de España Hoja 3-7 (RUIZ, J. 1993).
Los datos medios de precipitación y temperatura para unos periodos de observación de 35 y 31 años respectivamente son los siguientes:
MES
|
P
|
T
|
ETP
|
Enero
|
77,9
|
6,9
|
13,63
|
Febrero
|
86,2
|
8,1
|
23,55
|
Marzo
|
76,7
|
10,8
|
56,44
|
Abril
|
57,6
|
13,8
|
82,3
|
Mayo
|
55,7
|
17,8
|
117,43
|
Junio
|
34,1
|
22,2
|
140,54
|
Julio
|
5,1
|
26,6
|
185,21
|
Agosto
|
7,8
|
25,9
|
146,78
|
Septiembre
|
38,6
|
22,4
|
81,63
|
Octubre
|
68,1
|
16,3
|
48,45
|
Noviembre
|
72,8
|
10,5
|
20,81
|
Diciembre
|
80,4
|
7,3
|
11,33
|
TOTAL/MEDIA
|
661
|
15,7
|
928,1
|
Fig. 1: P: precipitación, T: temperatura, ETP: Evapotranspiración Potencial.
Además se dan estos datos significativos:
- Media de las máximas del mes más cálido: 35,0 julio
- Media de las mínimas del mes más frío: 3,2 enero.
- Horas de sol: 3.010
Fig. 2: Climodiagrama de Trujillo. Fuente: elaboración propia a partir de datos del MFE.
El clima es típicamente mediterráneo, con un verano caluroso y seco (a la vista del climodiagrama se observa que el periodo de aridez y déficit hídrico abarca desde primeros de junio a mediados de septiembre, la curva de 2T supera a la de P) y un invierno relativamente húmedo y frío.
Según la clasificación de la UNESCO (Unesco 1979, en Autores varios, 2004) se puede clasificar la zona como:
· Subhúmeda: el Índice de Humedad Ih es 0,71 (0,5 < P/ETP < 0,75).
· De invierno fresco, con una media del mes más frio entre 0 y 10 º C.
Según la clasificación fitoclimática de Allué (ALLUÉ, 1995), la zona se corresponde a un fitoclima IV3.
Atendiendo a la clasificación bioclimática de Rivas Martinez (RIVAS, 1987) el clima puede ser clasificado como mesomediterráneo de ombroclima subhúmedo.
6. HIDROGRAFÍA.
6. HIDROGRAFÍA.
El berrocal de Trujillo se encuentra enclavado en la cuenca hidrográfica del Tajo. Las aguas del berrocal van a parar a los ríos Magasca y Merrinejo, los cuales son afluentes del Tamuja y del Tozo respectivamente, tributarios éstos del río Almonte, el cual vierte sus aguas en el Tajo por su margen izquierda.
Los ríos Magasca y Merrinejo pueden ser descritos como ríos de la región biogeográfica Luso-Extremadurense en el tipo "Rios de llanuras silíceas del Tajo y del Guadiana" (CEDEX, 2005 en GONZÁLEZ & GARCÍA, 2007).
Foto 1: Río Magasca. Al fondo, berrocal y castillo.
Las aguas de lluvia y escorrentías del berrocal drenan radialmente hacia los dos ríos que circunscriben el batolito, el Magasca al sur y oeste y el Merrinejo en el Norte y Este. Este drenaje se produce a través de numerosos arroyos y regatos de régimen temporal por agotamiento y por infiltración de escorrentías (GONZÁLEZ & GARCÍA, 2007) teniendo agua únicamente durante los periodos de lluvia y sufriendo un gran estiaje y total desecación durante el verano, además de la pérdida de caudal por infiltración en el lemh granítico.
Fig. 1: Grafo de la jerarquización de cursos de agua del Berrocal. Elaboración propia
Fig. 2 : Mapa de los cursos de agua del berrocal. Fuente: elaboración propia con SIG.
7. EDAFOLOGÍA DEL BERROCAL.
A partir de la roca madre granítica de difícil meteorización y de un régimen de humedad xérico, la edafogénesis como proceso responsable de la formación y evolución del suelo, no ha conseguido dar lugar a suelos muy evolucionados.
Así los suelos presentes en el berrocal son de escasa profundidad y presentan unos perfiles edáfico de tipo AR, con único horizonte edáfico sobre la roca madre granítica, bien un ACR con un horizonte inferior de roca disgregada, y sólo en algunos casos de mayor evolución aparecen perfiles A(B)R, con un horizonte intermedio de acumulación de partículas.
Atendiendo a la clasificación F.A.O., podemos denominar los suelos del berrocal como Leptosoles, caracterizados por su escasa profundidad o bien por presentar una textura muy gruesa y suelta, compuestos por gravas en más de un 90 % hasta al menos los 75 cm. (GARCÍA & LÓPEZ, 2002).
Debido a la escasez de partículas minerales de textura fina, presentan una gran permeabilidad y una escasa capacidad de retención de agua. Además, la escasez de arcillas no favorece una buena capacidad de intercambio catiónico, aunque el contenido en materia orgánica, que no suele ser alto, puede compensar en cierta medida la escasa fertilidad. El granito dota al suelo de un pH bajo, aunque no excesivamente ácido.
Por todo ello, podemos definir a los suelos del berrocal como suelos poco profundos, bien aireados, con escasa humedad y fertilidad y de reacción ácida, lo cual condicionará en gran medida la vegetación que se asiente sobre ellos, que será de tipo xerofítico y relativamente frugal. No obstante, la especial orografía, hace que en los fondos de valle se den situaciones azonales de cierta hidromorfía por acumulación del agua drenada desde las laderas y un subsuelo granítico impermeable, lo que se conoce localmente como “cañadas”, en las que la abundante y prolongada humedad edáfica da lugar a productivos pastos y sorpresas botánicas, con taxones propios de otros pisos bioclimáticos más húmedos.
Podemos distinguir dos tipos de suelos del grupo de los leptosoles presentes en el berrocal de Trujillo (GARCÍA & LÓPEZ, 2002):
- Léptosoles líticos.
- Léptosoles dístricos.______________________________________________________________________
BIBLIOGRAFÍA.
ANGUITA F.& MORENO F. 1993. Procesos geológicos externos y geología ambiental. Editorial Rueda. Madrid.
ALLUÉ ANDRADE J.L., 1990. Atlas fitoclimático de España. INIA. MAPA. Madrid.
AUTORES VARIOS, 2004. Guía para la elaboración de estudios del medio físico: Secretaría General para la Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático. Ministerio de Medio Ambiente.
AUTORES VARIOS, 2005. Patrimonio Geológico de Extremadura: Geodiversidad y Lugares de Interés Geológico, Consejería de Agricultura y Medio Ambiente. Junta de Extremadura, Mérida.
GARCÍA A. & LÓPEZ A., 2002. Mapa de suelos de la provincia de Cáceres. Escala 1:300.000. Universidad de Extremadura. Cáceres.
GONZÁLEZ, M. & GARCÍA, D. 2007. Restauración de ríos. Guía metodológica para la elaboración de proyectos. Ministerio de Medio Ambiente. Madrid.
MAPA GEOLÓGICO DE ESPAÑA, 1982. E. 1:50.000. Hoja 705, Trujillo. Instituto Geológico y Minero de España. Madrid.
PEDRAZA (de), J. 1996. Geomorfología, principios, métodos y aplicaciones. Editorial Rueda. Madrid.
RIVAS MARTÍNEZ S. 1987. Memoria del mapa de series de vegetación de España. ICONA. MAPA. Madrid.
RUÍZ DE LA TORRE, J.1993. Mapa Forestal de España. Hoja 3-7 Cáceres. Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. Instituto Nacional para la Conservación de la Naturaleza. Madrid.